El siguiente mensaje lo redacté hace ya algunos años, en el medio de una situación sentimental complicada a partir de lo que Dios me habló para que lograra salir adelante. Seamos francos: todos hemos vivido algo similar o en algún momento nos tocará vivirlo. No importa cuál sea tu caso, la Palabra de Dios puede prevenirnos de tal situación o en su caso confortarnos en medio del dolor y la adversidad.
Se trata de una predicación muy práctica que considero está bien respaldada con la Biblia, por tanto espero que lo disfrutes y que sea de bendición para tu vida. Si no estás etiquetado, no importa, por favor comenta y pásalo a las personas que consideres puedes bendecir a través de ella. Recuerda: Su Palabra nunca vuelve a Él vacía (Isaías 55:11).
La aflicción en el desamor
Muchos piensan –especialmente la gente adulta- que los jóvenes cristianos no pasamos por aflicciones, quizás porque nos consideran inmaduros para enfrentarlas. En parte tienen razón al creer que nuestro promedio de madurez no es el mismo que el de ellos, ¡pero se olvidan que sólo somos jóvenes! Creo que no han tomado en cuenta que hace no mucho tiempo comenzamos la carrera de vivir para Cristo y que en el camino hay situaciones que merman nuestro desempeño.
Especialmente, quiero hablarte de las aflicciones que pasamos cuando no somos correspondidos en el amor. Después de leer esto, sé que piensas que estoy loco, que seguramente no tengo mucho que hacer y que usaré la Palabra para cualquier fin distinto que el de edificar; antes que continúes, permíteme decirte algo: el Dios al que sirvo es un Dios que se interesa por ti en TODOS los aspectos. Dios no ha dejado a un lado tu vida sentimental y créeme: Él quiere verte muy feliz. Él se interesa por lo que sientes y POR QUIÉN lo sientes. Todos sabemos que Dios es celoso (Éxodo 20:5), pero sus celos no tienen nada que ver con los celos que tenemos en nuestra cabeza. No se te olvide que Él es AMOR y conoce TODAS tus necesidades.
Para comenzar, el diccionario define el verbo “afligir” como: Causar molestia o sufrimiento físico. Causar angustia o tristeza moral. De esta definición, tenemos entonces que 4 características de la aflicción son la molestia, el sufrimiento, la angustia y la tristeza. Si alguna vez te has sentido así por cualquier causa, incluyendo por supuesto el desamor, permíteme decirte: no eres el primero ni el último y si me prestas tus cinco sentidos en los siguientes párrafos, tu vida puede cambiar para bien.
2 Corintios 4:17-18: Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación, al no poner nuestra vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
La aflicción en el contexto de la Biblia tiene un propósito. No importa por qué o por quién estés sufriendo, el objetivo de una aflicción no es que te tires en el suelo a llorar y lamentarte, sino producir en ti un eterno peso de gloria que sobrepase toda comparación. En otras palabras, Dios intenta sacar lo mejor de ti en el proceso para que seas mejor que antes. Dios quiere llenarte con Su gloria, más de lo que hizo contigo ayer. ¿No es maravilloso? Suena motivacional, pero es mucho más profundo de lo que piensas. La aflicción por sí misma no puede producir este efecto, sino que tiene una condición según el versículo 18: PONER NUESTRA VISTA EN LAS COSAS QUE NO SE VEN. La pregunta que sigue sería ¿cuáles son las cosas que no se ven? La respuesta está en Hebreos 11:1
Hebreos 11:1: Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
Por favor detente a analizar lo siguiente: De acuerdo al texto, para poder ver lo que no se ve necesitas tener FE. Entonces, las cosas que no se ven son todas aquellas en las que tienes fe, y en esas tienes que prestar tu atención. En esto quiero profundizar un poco: ¿En qué tienes fe? ¿Cuáles son tus sueños? ¿Cómo te observas en un par de meses o años? NADIE puede tener fe si primero no tiene un sueño en el cual tener fe. Es un juego de palabras redundantes, pero por favor léela otra vez. Si en tus sueños personales te observas fracasando, te doy mi palabra de que fracasarás. Si te observas triunfando en todo lo que emprendas, Dios mismo te da Su Palabra de que así será hecho. Todo es cuestión de qué cosas ves. No prestes atención a lo que pasa a tu alrededor, mejor préstale tus sentidos a aquello que AÚN no sucede, pero que sabes que sucederá. Así que la próxima vez que tengas que pasar por una aflicción en tu vida personal, tienes que decir que el mundo no se acaba aquí, que Dios ha empeñado Su Palabra de sacarte adelante si le crees y que si lo más difícil que es perdonar tus pecados y darte vida eterna ya fue hecho, sin duda las bendiciones postreras que vienen para tu vida, son para Dios más fáciles de cumplir.
Santiago 2:26: Porque así como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin las obras está muerta.
Un aspecto muy importante de la fe que hemos olvidado, es que para hacerla eficaz, debemos acompañarla de obras. Santiago es muy claro al especificar que si no actúas, de nada sirve tu fe. Suena feo, pero no lo digo yo, eso está en la Biblia. El punto en que debes aplicar este texto a tu vida, consiste en que si tienes sueños de triunfar y salir adelante pase lo que pase, estás en la obligación de actuar en pro de ellos. Por tanto, si tienes que llorar, ¡házlo!, pero después date un buen baño, ponte ropa limpia y sal a socializar como si nada malo hubiera sucedido. Mejora tu aspecto personal, aliméntate sanamente y haz ejercicio. Si vas a creer que con o sin esa persona serás un mejor ser humano, comienza por ser mejor hijo y arregla tu cuarto. Luego ve a la escuela y esfuérzate como nunca por sacar mejor calificaciones. Pasa ése examen con buenas notas, cumple con excelencia todas tus tareas. Después puedes seguir mejorando tu servicio en tu congregación. Sólo así, teniendo fe y actuando, Dios cumplirá su propósito en tu vida. ¡Manifestarás Su gloria!
1 Pedro 3:10: PUES EL QUE QUIERE AMAR LA VIDA Y VER DÍAS BUENOS, REFRENE SU LENGUA DEL MAL Y SUS LABIOS NO HABLEN ENGAÑO.
¿Sabes? ¡Vienen días buenos para tu vida! Pero que vivas esos días, no sólo depende de lo que hagas, también de lo que hables. Así que si quieres cambiar tu realidad pronto, tendrás que mejorar tus palabras, cambiándolas por palabras que expresen vida y bendición.
Santiago 2:7-8: Porque todo género de fieras y de aves, de reptiles y de animales marinos, se puede domar y ha sido domado por el género humano, pero ningún hombre puede domar la lengua; es un mal turbulento y lleno de veneno mortal.
Por un momento pareciera que 1 Pedro 3:10 y Santiago 2:7-8 se contradicen. El primer texto dice que refrenemos nuestra lengua y el segundo dice que nadie puede domar la lengua. Sucede en realidad que lo que hablamos, proviene de nuestro corazón:
Mateo 12:34: ¡Camada de víboras! ¿Cómo podéis hablar cosas buenas siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.
Mateo 15:18: Pero lo que sale de la boca proviene del corazón, y eso es lo que contamina al hombre.
La Biblia no se contradice al expresar que nadie puede domar la lengua. El secreto para hablar palabras de bien, radica en controlar nuestro corazón. El mundo dice que nadie puede darle órdenes al corazón, que él es el que manda y que nunca se equivoca. ¿Nunca te han dicho algo similar? Mira lo que dice la Biblia:
Jeremías 17:9: Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?(RVR1960).
¿Me permites darte un consejo? A pesar de lo que sienta o diga tu corazón, habla bien de la persona que te hirió. No importa si hay terceras personas involucradas en el asunto, sólo habla lo mejor de ellas. Nunca tomes decisiones impulsado únicamente por lo que sientes. Recuerda que el corazón puede ser tu peor enemigo. Antes de obedecerlo sólo reflexiona en las cosas que se han anidado en él. ¿Ahí hay resentimiento y dolor o perdón y paz? Cada vez que un mal pensamiento de la persona cruce por tu mente, detente y di para ti mismo: “Él/ella es un hijo(a) de Dios y por tanto merece siempre lo mejor, no importa lo que haya pasado entre los dos, sólo recordaré lo bueno y hablaré lo mejor”. “Es cierto que él/ella me falló, pero le deseo el mayor de los éxitos y que le vaya muy bien, porque Dios ha prometido que yo saldré adelante y seré muy feliz”. “No importa que me haya ignorado a pesar de que me moría por él/ella, no puedo obligar a nadie a quererme, espero que encuentre alguien que lo(a) valore porque yo también lo(a) encontraré”. Aprendamos a guardar nuestro corazón:
Proverbios 4:23: Con toda diligencia guarda tu corazón, porque de él brotan los manantiales de la vida.
Por último, vayamos a Job 11:13-19:
13 Si diriges bien tu corazón y extiendes a El tu mano, 14 si en tu mano hay iniquidad y la alejas de ti y no permites que la maldad more en tus tiendas, 15 entonces, ciertamente levantarás tu rostro sin mancha, estarás firme y no temerás. 16 Porque olvidarás tu aflicción, como aguas que han pasado la recordarás. 17 Tu vida será más radiante que el mediodía, y hasta la oscuridad será como la mañana. 18 Entonces confiarás, porque hay esperanza, mirarás alrededor y te acostarás seguro. 19 Descansarás y nadie te atemorizará, y muchos procurarán tu favor.
Solamente lee y relee cuantas veces sean necesarias los versículos 13 al 16. Donde dice "SI DIRIGES BIEN TU CORAZÓN" significa que tú tienes control sobre tus sentimientos y emociones, lo cual contradice la creencia popular que dicta que "en el corazón no se manda". Solamente si actúas de la forma en que la Palabra indica y entregas tu vida a Dios para que Él tome el control y llene tu corazón con Su presencia, cada vez que recuerdes esa infidelidad o esas palabras que te desalentaron para seguir adelante en el amor, sabrás que todo eso que vives es para manifestar Su gloria. Antes de hablar mal de la situación por la que pasas EXTIENDE A EL TU MANO y déjate atrapar por Su amor y misericordia. Esfuérzate para que se cumplan en tu vida las promesas de los versículos 17 al 19.
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