Nací en la llamada "cuna cristiana" y crecí toda mi vida en la iglesia evangélica. Desde que tengo uso de razón, he escuchado hablar acerca de las personas que son "tibias" en cuanto a su relación con Dios. Esto es porque en Apocalipsis 3:16, Dios emite una severa advertencia a la iglesia de Laodicea al decirle: "Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca".
Creo que la mayoría de personas entendemos que la expresión tibio denota una persona que no toma en serio a Dios, de modo que su vida sólo se ajusta en algunos aspectos a Su Palabra mientras que en otros pareciera que la niegan. Esta idea, aunque cierta, no deja de ser un tanto vaga o general.
En su libro titulado "Loco Amor", el pastor Francis Chan menciona algunas características de las personas tibias, dando ejemplos muy concretos que describen su manera de pensar y de actuar. Ya que la lectura de este libro bendijo mi vida, quisiera compartir con ustedes un resumen de lo que señala el autor. Si después de leer lo que encontrarás a continuación, te interesa el contenido del libro completo, puedes adquirirlo en Amazon Kindle por un módico precio ($7.99 MXN).
CARACTERÍSTICAS DE UNA PERSONA TIBIA
1) Las personas tibias asisten a la iglesia con bastante regularidad. Es lo que se espera de ellas, lo que ellas creen que hacen "los buenos cristianos" y por eso van.
2) Dan dinero a obras benéficas y a la iglesia... siempre que eso no afecte su estilo de vida. Si tienen algo extra y es seguro de dar, entonces lo hacen.
3) Tienden a escoger lo que es popular por encima de lo que es correcto cuando ambas cosas están en conflicto. Desean encajar tanto dentro como fuera de la iglesia; se preocupan más por lo que la gente piense de sus actos (como su asistencia a la iglesia y sus ofrendas) que de lo que Dios opine de su corazón y su vida.
4) Las personas tibias no quieren ser salvas de su pecado; sólo quieren ser salvas del castigo de su pecado. No aborrecen genuinamente el pecado ni lo lamentan verdaderamente; meramente lo sienten porque Dios va a castigarles. Las personas tibias no creen realmente que esta nueva vida que Jesús ofrece sea mejor que la vieja vida de pecado.
5) Son conmovidas por historias sobre personas que hacen cosas radicales para Cristo; sin embargo, ellas no actúan. Denominan "radical" lo que Jesús esperaba de todos sus seguidores.
6) Rara vez comparten su fe con sus vecinos, compañeros de trabajo o amigos. No quieren ser rechazados, ni tampoco quieren hacer sentir incómoda a la gente al hablar sobre asuntos privados, como la religión.
7) Miden su moralidad o "bondad" comparándose a sí mismas con el mundo secular. Se sienten satisfechas de que aunque no están tan comprometidas como fulano o mengano, no son en lo más mínimo tan horribles como las personas de la calle.
8) Dicen que aman a Jesús y Él es sin duda, parte de la vida de ellas. Pero sólo una parte. Le entregan una sección de su tiempo, su dinero y sus pensamientos, pero no permiten que Él les controle su vida. Aman a Dios, pero no le aman con todo su corazón, su alma y sus fuerzas.
9) Aman a otros pero no buscan amarlos tanto como se aman a sí mismas. Su amor por otros está normalmente enfocado en quienes a su vez les aman a ellos, como familiares, amigos y otras personas a las que conocen y con quienes se relacionan. Su amor está muy condicionado, es muy selectivo y en general, tiene condiciones.
10) Las personas tibias servirán a Dios y a los demás, pero hay límites en cuanto a qué lejos llegar o cuánto tiempo, dinero y energía están dispuestas a dar.
11) Piensan en la vida en la tierra mucho más a menudo que en la eternidad en el cielo. La vida cotidiana está principalmente centrada en la lista de quehaceres del día, en el horario de la semana y en las vacaciones del siguiente mes. Rara vez, si es que lo hacen, piensan en la vida venidera.
12) Están agradecidas por sus lujos y comodidades y rara vez piensan en tratar de dar todo lo posible a los pobres. Incontables números de personas tibias se sienten "llamadas" a ministrar a los ricos y muy pocas se sienten "llamadas" a ministrar a los pobres.
13) Hacen lo que sea necesario para evitar sentirse demasiado culpables. Quieren hacer lo mínimo, ser "bastante buenas" sin que eso requiera demasiado de ellas.
14) Están continuamente preocupadas por jugar a lo seguro; son esclavas del dios del control. Este enfoque en vivir de modo seguro evita que se sacrifiquen y se arriesguen para Dios.
15) Se sienten seguras porque asisten a la iglesia, hicieron una profesión de fe a la edad de doce años, fueron bautizados y provienen de una familia cristiana.
16) No viven por fe. Sus vidas están estructuradas de modo que nunca tienen que hacerlo. No tienen que confiar en Dios si sucede algo inesperado: tienen una cuenta de ahorros. No necesitan que Dios les ayude: tienen su plan de jubilación. No buscan genuinamente la vida que Dios querría que vivieran: tienen su vida organizada. No dependen de Dios diariamente: sus refrigeradores están llenos y en su mayor parte, tienen buena salud. Lo cierto es que en sus vidas no se verían muy diferentes si de repente dejaran de creer en Dios.
17) Probablemente beben y maldicen menos del promedio, pero aparte de eso, no son realmente muy distintas al típico no creyente.
Todos somos seres humanos estropeados y nadie es totalmente inmune a las conductas descritas en los anteriores ejemplos. Sin embargo, hay una diferencia entre una vida que está caracterizada por ese tipo de mentalidades y hábitos y una vida que está en el proceso de ser radicalmente transformada.
Cuando Jesús menciona en Lucas 14:34-35 que la sal que se vuelve insípida "(...) no sirve ni para la tierra ni para el abono (...)", está diciendo que seguirlo de manera tibia y tímida es inútil. Cuando la sal tiene sabor, ayuda a que el estiércol se convierta en un buen fertilizante... pero la fe tibia y no comprometida es totalmente inútil. Ni siquiera puede beneficiar al estiércol.
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