Ahitofel era abuelo de Bestabé, la mujer con la que pecó David. En 2 Samuel 15:12 se relata que se unió a la rebelión de Absalón:
“Y mientras Absalón ofrecía los sacrificios, llamó a Ahitofel gilonita, consejero de David, de su ciudad de Gilo. Y la conspiración se hizo poderosa, y aumentaba el pueblo que seguía a Absalón”.
Es de llamar la atención que justo en el momento que Ahitofel se incorpora a la revuelta, se menciona que ésta “se hizo poderosa”. La razón para ello se encuentra en 2 Samuel 16:23:
“Y el consejo que daba Ahitofel en aquellos días, era como si se consultase la palabra de Dios. Así era todo consejo de Ahitofel, tanto con David como con Absalón”.
Proverbios 11:14 dice que:
“Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; mas en la multitud de consejeros hay seguridad”.
En esencia, el versículo menciona que en los consejos que contienen sabiduría aseguran la victoria en cualquier ámbito que se trate. Por esa razón David tuvo que recurrir a Dios para que el consejo de Ahitofel fuera frustrado. El salmista sabía que si su consejo era atinado, Absalón permanecería en el trono de Israel. 2 Samuel 15:31 dice:
“Y dieron aviso a David, diciendo: Ahitofel está entre los que conspiraron con Absalón. Entonces dijo David: Entorpece ahora, oh Jehová, el consejo de Ahitofel”.
Y sí, Dios contestó la petición de David. El consejo de Ahitofel fue deshecho. Esto lo vemos en 2 Samuel 17:14:
“Entonces Absalón y todos los de Israel dijeron: El consejo de Husai arquita es mejor que el consejo de Ahitofel. Porque Jehová había ordenado que el acertado consejo de Ahitofel se frustrara, para que Jehová hiciese venir el mal sobre Absalón”.
En lo personal esperaría que Dios indujera a Ahitofel emitiera un consejo equivocado, pero no fue así. Considero que Dios bien pudo haber hecho errar al otrora consejero de David, pero en lugar de ello se valió de que Absalón eligiera seguir el consejo de otra persona, en este caso de Husai arquita. ¿Por qué Dios haría algo así? ¿Cuál es el motivo por el que Dios se valió de esta estrategia para socorrer a David? Creo que existen tres respuestas a esta pregunta:
1) Porque Dios puede hacer que un rey dirija su corazón hacia lo que Él quiere. Proverbios 21:1 dice: “Como los repartimientos de las aguas, así está el corazón del rey en la mano de Jehová; a todo lo que Él quiere lo inclina”.
2) Porque la sabiduría puede ser un don del Espíritu Santo. 1 Corintios 12:8: “Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu”.
3) Porque los dones del Espíritu son irrevocables. Romanos 11:29 señala: “Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios”.
La consecuencia de la decisión de Absalón resultó ser catastrófica de inicio. En un giro inesperado de la historia, Ahitofel decidió quitarse la vida:
“Pero Ahitofel, viendo que no se había seguido su consejo, enalbardó su asno, y se levantó, y se fue a su casa en su ciudad: y después de poner su casa en orden, se ahorcó, y así murió, y fue sepultado en el sepulcro de su padre”. 2 Samuel 17:23.
¿Por qué Ahitofel cometió esto? ¿Por qué decidió reaccionar así? Desconozco la razón. Por una parte Dios prometió a David descanso de todos su enemigos (2 Samuel 7:11) y por otro lado Pablo escribe en Romanos 1 que aquellos que profesaron ser sabios se hicieron necios (Romanos 1:22) y Dios los entregó a una mente reprobada para hacer cosas que no convienen (Romanos 1:28). No me atrevo a pensar que Dios orilló a Ahitofel al suicido, pero como sea, Dios preservó la vida de David y sus siervos al mismo tiempo que aniquiló a Absalón y sus aliados.
Otro ejemplo que encontramos en la Escrituras acerca de la irrevocabilidad de los dones del Espíritu es Salomón. El hijo de David relata en Eclesiastés 1:17-2:9 que cometió “locuras y desvaríos” pero a pesar de ello conservó su sabiduría. El origen de su sabiduría al igual que en el caso de Ahitofel era un don de Dios (1 Reyes 3:12). ¿Algo más curioso aún? Salomón es bisnieto de Ahitofel. De alguna forma, a Salomón le correspondía por herencia espiritual el don de sabiduría que primero poseyó su abuelo materno.
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