Es muy fácil pensar que los cielos se cierran por desobediencia, idolatría o deshonra. Cuando tenemos un problema y queremos ver una respuesta de Dios, sin que ocurra así, nuestra naturaleza humana cree que el Señor no responde porque algo está mal en nosotros. Sin embargo, Dios también cierra los cielos por amor a la humanidad.
"Estaba hablando aún, cuando vino uno de casa del principal de la sinagoga a decirle: Tu hija ha muerto; no molestes más al Maestro. Oyéndolo Jesús, le respondió: No temas; cree solamente, y será salva. Entrando en la casa, no dejó entrar a nadie consigo, sino a Pedro, a Jacobo, a Juan, y al padre y a la madre de la niña. Y lloraban todos y hacían lamentación por ella. Pero él dijo: No lloréis; no está muerta, sino que duerme. Y se burlaban de él, sabiendo que estaba muerta. Mas él, tomándola de la mano, clamó diciendo: Muchacha, levántate. Entonces su espíritu volvió, e inmediatamente se levantó; y él mandó que se le diese de comer". Lucas 8:49-55 (RVR 1960).
Como sabemos, el espíritu de los líderes religiosos en la época de Jesús era por lo general, orgulloso. En este relato, el principal de la sinagoga fue quebrantado a causa de la muerte de su hija. Jesús dijo que la niña sólo dormía, pero vemos en el mismo pasaje que el espíritu de la niña tuvo que volver a ella para entonces levantarse. Esto significa que, en el plano espiritual, nada estaba perdido para Jesús pues tenía potestad sobre la vida y sobre la muerte, mientras que en el plano terrenal la niña había perdido la vida. ¿Por qué el Señor permitió que la niña resucitara hasta después que todos -incluyendo los discípulos- lloraran su muerte? ¿Por qué no envió Su Palabra y la sanó a la distancia? Porque Él quería manifestar Su gloria y Su poder. El profeta Sofonías lo expresa de esta forma:
"Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos". Sofonías 3:17 (RVR 1960).
El profeta tenía claro que Jehová se encontraba presente en el medio de la caótica situación de Israel. También sabía que el Señor salvaría a Su pueblo por amor. Pero para que eso ocurriera, el pueblo tenía que vivir una etapa de silencio celestial. En otras palabras, los cielos tenían que cerrarse para después manifestar la gloria de Dios. Un ejemplo claro lo encontramos en la vida de Lázaro, el amigo de Jesús:
"Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo. Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba. Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba. Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado. Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir". Juan 11: 3, 5, 6, 17, 21, 32, 41-44 (RVR 1960).
El Señor permitió que Lázaro permaneciera cuatro días en el sepulcro, sólo para manifestar Su poder, para que el mundo creyera que el Padre le había enviado. Nuevamente, por increíble que parezca, Dios cerró los cielos y guardó silencio para mostrar Su amor. Finalmente, la ocasión en que el cielo se cerró como muestra máxima de amor, fue cuando Jesús se encontraba en la cruz:
"Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? Algunos de los que estaban allí decían, al oírlo: A Elías llama éste. Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu". Mateo 27:45-47, 50.
Jesús clamó al cielo sin obtener respuesta. Las tinieblas cubrieron la tierra y aparentemente el cielo se olvidó de Él. Pero el Padre lo permitió para que después de 3 días, Jesús fuera levantado con poder y gloria para venir a ser autor de eterna salvación para todo aquel que cree en Él.
Es probable que en este tiempo hijos de Dios pierdan su salud, su empleo, el sustento diario, etcétera. Si bien es cierto que los cielos se cierran por pecado, también debemos considerar que puede suceder sólo para que Su Nombre sea glorificado a través de Su amor y poder. El silencio de Dios nunca es eterno: Él siempre rompe Su silencio con cánticos de amor.
ORACIÓN DE HOY: “Señor, te rogamos que muestres Tu amor en medio de la situación difícil que atraviesa el mundo entero, principalmente Tu iglesia. Te pedimos que tomes el control y nos ayudes a discernir si los cielos sobre nuestra vida se cierran a causa de nuestro pecado o simplemente porque deseas glorificarte a través de Tu amor y poder. Concédenos la gracia de serte fieles a pesar de las circunstancias; rompe el silencio de nuestras vidas con cánticos de amor”.
MOTIVOS ESPECÍFICOS DE ORACIÓN:
1) Que el Señor fortalezca nuestras vidas al experimentar Su silencio. Que Dios abra los cielos sobre nosotros.
2) Que el Señor fortalezca la vida de nuestras autoridades espirituales, si acaso viven una época de silencio celestial.
3) Que Dios deje oír Su voz sobre nuestras autoridades terrenales para que conozcan y teman Su Nombre.
Comentarios
Publicar un comentario