La Biblia incluye entre sus páginas a personajes relegados o tenidos en poco. También incluye personajes sobrevalorados. Uno de ellos es Saúl. De la vida de este hombre, tenemos mucho que aprender:
“Y tenía él un hijo que se llamaba Saúl, joven y hermoso. Entre los hijos de Israel no había otro más hermoso que él; de hombros arriba sobrepasaba a cualquiera del pueblo”. 1 Samuel 9:2 (RVR 1960).
Saúl era la persona atractiva que acaparaba las portadas de las revistas sociales de Israel. El candidato con la imagen que cualquier país elegiría para dirigirlo. Por si fuera poco, cuando recién fue ungido rey de Israel, la Biblia relata:
“Y cuando llegaron allá al collado, he aquí la compañía de los profetas que venía a encontrarse con él; y el Espíritu de Dios vino sobre él con poder, y profetizó entre ellos. Y aconteció que cuando todos los que le conocían antes vieron que profetizaba con los profetas, el pueblo decía el uno al otro: ¿Qué le ha sucedido al hijo de Cis? ¿Saúl también entre los profetas?”. 1 Samuel 10:10-11 (RVR 1960).
Apenas unas horas después de ser proclamado rey, Saúl estaba profetizando por el Espíritu de Dios, como si fuera un profeta más. ¡Qué bendición! Iniciaba el meteórico ascenso político de Saúl. Sin embargo, ¿alguien sabe lo que profetizó aquella vez? Nadie lo conoce, de hecho. Aunque profetizó de parte de Dios, tal parece que sus palabras no fueron relevantes y cayeron a tierra, porque la Biblia no hace mención alguna de sus declaraciones.
El tiempo pasó y las debilidades en el carácter de este hombre se hicieron patentes: resultó ser cobarde (1 Samuel 10:22), celoso (1 Samuel 18:8-9), desobediente a la voz de Dios (1 Samuel 13:13) e incluso terminó consultando a una médium en lugar del Señor (1 Samuel 28:7-8). El Señor mismo expresó estas palabras sobre él:
“Me pesa haber puesto por rey a Saúl, porque se ha vuelto de en pos de mí, y no ha cumplido mis palabras. Y se apesadumbró Samuel, y clamó a Jehová toda aquella noche”. 1 Samuel 15:11 (RVR 1960).
Saúl era la viva imagen del éxito en la tierra. Pero al mismo tiempo era un fracaso en el cielo. Lo que nadie sabía es que afortunadamente, tras bambalinas, Dios estaba preparando a un adolescente que se encontraba realizando el oficio menos sobresaliente de su sociedad. Su origen era menos llamativo; incluso se piensa que fue producto de inmoralidad sexual (Salmos 51:5) y que por eso lo rechazaba su núcleo familiar (1 Samuel 16:11). David era desconocido por el pueblo, pero bien conocido por Dios. Tras un arduo proceso que incluyó menosprecio, soledad, quebranto, dolor, desánimo y muchas lágrimas, su corazón fue transformado en uno conforme al de Dios:
“Pero Dios quitó a Saúl y lo reemplazó con David, un hombre de quien Dios dijo: He encontrado en David, hijo de Isaí, a un hombre conforme a mi propio corazón; él hará todo lo que yo quiero que haga”. Hechos 13:22 (NTV).
David llegó a fungir como sacerdote para el pueblo al portar el efod de lino (2 Samuel 6:14), como profeta anunció detalles sorprendentes acerca de la vida de Jesús (Salmos 22) y como Rey de la nación logró avances económicos y militares nunca antes vistos en Israel. ¡Y pensar que era el menospreciado de su familia! ¡David era el patito feo de su aldea natal, Belén! Saúl y David vivieron realidades muy distintas al inicio de sus ministerios. Igualmente, su destino fue muy diferente. ¿Cuál fue la diferencia entre ambos? El proceso de Dios.
El tiempo de la pandemia es decisivo para iglesia de Cristo en todo el mundo. Es una época en la que saldrán a luz las virtudes y defectos del carácter de los hijos de Dios. También el Señor revelará cuál es la iglesia genuina y cuál es la que vive de apariencias. Jesús se refería a esto cuando dijo:
“Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero”. Mateo 13:30 (RVR 1960).
En momentos como estos, podríamos darnos cuenta que no todo lo que brilla es oro y que no todo el oro brilla. Dios nos conceda vivir un cristianismo genuino, libre de las apariencias. David quería honrar a Dios con cada átomo de su ser… Saúl quería ser honrado delante de los hombres. ¿Qué tipo de iglesia escogeremos ser?
ORACIÓN DE HOY: Señor, te rogamos que nos libres de vivir un cristianismo de apariencias. Queremos ser genuinos en nuestra relación contigo y que Tu sello sea visto en nuestras vidas. Por favor te pedimos que, durante esta pandemia, Tu proceso se cumpla en nosotros para manifestar Tu gloria sobre la tierra. Concede que nuestro corazón siempre busque honrarte en cada aspecto y líbranos de pretender la gloria de los hombres. En el Nombre de Cristo Jesús, amén.
MOTIVOS ESPECÍFICOS DE ORACIÓN:
1) Que el Señor conceda que nuestra familia le honre con todos los aspectos, en lo íntimo y en lo público.
2) Que nuestras autoridades espirituales siempre busquen honrar a Dios en todos los aspectos y que Dios les permita manifestar Su gloria durante esta pandemia.
3) Que nuestras autoridades terrenales busquen a Dios genuinamente, con todo su corazón, para que manifiesten la gloria de Dios en nuestro país.
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