Cuando los trompeteros y los cantores, al unísono, se hacían oír a una
voz alabando y glorificando al SEÑOR, cuando levantaban sus voces acompañados
por trompetas y címbalos e instrumentos de música, cuando alababan al SEÑOR
diciendo: Ciertamente Él es bueno porque su misericordia es para siempre,
entonces la casa, la casa del SEÑOR, se llenó de una nube, y los sacerdotes no
pudieron quedarse a ministrar a causa de la nube, porque la gloria del SEÑOR
llenaba la casa de Dios. 2 Crónicas 5:13-14
(LBLA).
La historia
de la adoración en Israel tiene varios episodios. La escena que acabamos de
leer corresponde a la dedicación del templo que construyó el rey Salomón. Nunca
antes en la historia se había presentado un fenómeno así: por primera
vez los sacerdotes, que habían sido formados toda su vida para ministrar, no
tuvieron necesidad de hacerlo. La gloria de Dios llenó el templo y la gente
sólo podía bendecir al Señor:
¿Había algo
especial en el templo que provocara semejante manifestación de la presencia de
Dios? Propiamente en la estructura material no, pero en el lugar donde se
edificó sí. El sitio donde se levantó el nuevo templo, fue el lugar donde el
rey David construyó un altar para detener la peste sobre Israel:
Entonces David dijo a Ornán: Dame el lugar de esta era, para que
edifique en él un altar al SEÑOR; me lo darás por su justo precio, para que se
retire la plaga del pueblo. 1 Crónicas 21:22
(LBLA).
Entonces David edificó allí un altar al SEÑOR, y ofreció holocaustos y
ofrendas de paz. E invocó al SEÑOR, y Él le respondió con fuego del cielo sobre
el altar del holocausto. 1 Crónicas 21:26
(LBLA).
Entonces Salomón comenzó a edificar la casa del SEÑOR en Jerusalén en el
monte Moriah, donde el SEÑOR se había aparecido a su padre David, en el lugar
que David había preparado en la era de Ornán jebuseo. 2 Crónicas
3:1 (LBLA).
Por
increíble que parezca, la peste en Israel fue la antesala de un nuevo tiempo de
adoración nacional en Israel. Los holocaustos y ofrendas de paz que David
ofreció en 1 Crónicas 21:26, son los mismos que ofreció en 1 Crónicas 16:1-2,
cuando trasladó el Arca del Pacto a Jerusalén… Con la diferencia que esta vez,
Dios le respondió con fuego. Cuando el Señor responde con fuego sobre un altar,
representa un nuevo nivel de adoración y el inicio de una nueva temporada del
cielo sobre la tierra. Este principio se ilustra en 1 Reyes 18:38 cuando el
profeta Elías edificó un altar a Jehová y el Señor volvió los corazones del
pueblo hacia Él. Como consecuencia, los falsos profetas de baal fueron
degollados y Jezabel fue avergonzada.
Después que
pasó la peste, el rey David compuso el salmo 30 para la dedicación del templo
de Salomón. En él se escribe:
Tú has cambiado mi lamento en danza; has desatado mi cilicio y me has
ceñido de alegría; para que mi alma te cante alabanzas y no esté callada. Oh
SEÑOR, Dios mío, te alabaré por siempre. Salmos
30:11-12 (LBLA).
En el mundo
entero vivimos tiempos de peste, similares a los que se vivieron en la época
del rey David. Del mismo modo en que edificó un altar para detener la mortandad
sobre la tierra, los miembros de la iglesia debemos levantarnos en adoración
para alcanzar nuevos niveles de gloria. Dios nos conceda cantar Sus alabanzas,
no callar y alabarle por siempre.
ORACIÓN DE
HOY: Señor, concédenos edificar todos los días un altar para Ti. Rogamos que
nuestras vidas sean llevadas a nuevos niveles de adoración en todas las áreas y
que Tu iglesia sea determinante para acabar con la peste y la mortandad de la
tierra. En el Nombre de Jesús, amén.
MOTIVOS
ESPECÍFICOS DE ORACIÓN:
1) Que Dios
nos permita edificar un altar todos los días, en todas las áreas de nuestra
vida.
2) Que el
Señor conceda a Su iglesia universal ser un factor determinante para que la
pandemia y la mortandad cesen en la tierra.
3) Que Dios
lleve a nuevos niveles de adoración y gloria a nuestras autoridades
espirituales.
4) Que la
gloria de Dios se manifieste también en nuestras autoridades terrenales.
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